Soñar no cuesta nada

Acá estoy, en domingo, sentado en la terraza, oyendo el silencio de la usencia de mis hijos y de los vecinos.  Se oye a lo lejos uno que otro camión que pasa por la autopista y algunos de los pájaros que, a diferencia mía, pueden desplazarse.

No se calcular cuando empezó la caída a este hueco emocional y físico en que me encuentro, pero me parece una eternidad.  ¿Dos… tres semanas?  No lo sé, pero de que ha sido un montón ha sido un montón.  Si, desafortunadamente estoy en uno de esos momentos difíciles, tanto física como emocionalmente.

Un conjunto de circunstancias, de las cuales, si nos da tiempo, te las cuento, se presentaron al mismo tiempo y estoy prácticamente pegado al sofá y sillón en el que duermo.

Ayer, por primera vez desde el martes en la noche me alejé de esos muebles por mayor distancia que la que hay para ir al baño.  Sencillamente el dolor me regresa a la misma posición casi horizontal en la que he encontrado la menor cantidad de dolor.

La salida de ayer fue a casa de mis queridos amigos Enrique y Adela, los cuales me consienten en muchas formas y una de ellas es en que prepara (ella, él solo sabe abrir cervezas y tal vez una lata de maní) un cabrito el cual es de admirar.  Es una obra de arte gastronómica.  Llegamos, me lo comí hasta los huesos, platicamos un rato y de regreso al sofá.  Esa fue la gran salida de los últimos 4 días.  Por cierto, me traje una pata del cabrito, el cual, al rato, será mi plato principal de la comida.

El miércoles tendré la quimioterapia y espero poder iniciar la nueva ronda de radiaciones, las cuales, juntas espero me saquen de este hueco en el que ando metido, ya que, de plano, los dolores causados por el deterioro en las vértebras son MUY intensos y se propagan a las caderas, las piernas y la espalda.

Además, sigo metido en estos terribles círculos de dolor-inmovilidad-mayor dolor.  Los doctores, al igual que yo, “creemos” (nadie lo puede asegurar) que el moverse es bueno para disminuir los coágulos, así que debería de moverme más, pero cuando lo intento, el dolor de los huesos es tan alto, que me regresa, casi al borde del aullido, a la cama.  Tengo mucha esperanza en que las radiaciones tengan ese efecto, que han tenido en el pasado, de disminuir drásticamente el dolor y así poder caminar.

Vieran como extraño el caminar y hacer algo de ejercicio.  Ya se los he dicho muchas veces: paren todo lo que estén haciendo y de perdida salgan a caminar… si pueden vayan al gimnasio y hagan que su cuerpecito se ponga a sudar hasta no dar más.  Si no lo hacen por ustedes, que debería ser el objetivo principal, háganlo por mí.  Dedíquenle solo 15 minutos de moverse pensando en mí, enviándome cada uno de los movimientos de sus músculos y cada gota de sudor que emitan.  Cuando lo hagan, me mandas un WhatsApp y me lo dices y eso me servirá de motivación y de un profundo agradecimiento a que pensaste en este deteriorado y frágil cuerpo.

En cuanto al tratamiento “experimental” de UTAH, se hicieron ciertos cambios y ahora estamos esperando una cama especial, “Pulse Electromagnetic Field”, que emite unos rayos especiales y que conjuntamente con un grupo de nutrientes me fortificarán los huesos y me prepararán para hacer el viaje, en tres semanas a la clínica en UTAH.  Parece ser que mis huesos están tan frágiles, que, por el momento, por cualquier movimiento brusco del avión podría causar una rotura de una vértebra, con consecuencias terribles.

Cuando llegue la cama, vendrá un técnico a instalarla y configurar el software de acuerdo a lo que “necesita” mi cuerpo.  Les mantendré informados.

En cuanto a la comida… extraño mis épocas de glotón.  Sueño con volver a desear comer. He estado comiendo por comer, con muy poco placer y pocas ganas, sabiendo que es necesario, nada más por eso.  Cambiaría algunas cosas – no es que tenga muchas que dar – por volver a comer rico, con ese placer que sentía en un pasado no muy lejano.

En este momento, mientras te escribo, me están empezando a atacar los terribles dolores de la metástasis.  Me tomé dos Aleve PM y una dosis de morfina, ya que quiero seguir escribiendo.  Espero lo controle y pueda acabar de decir lo que quiero decir.  Qué barbaridad, que rápido avanza el dolor y que fuerte que es…  Ya hice lo que puedo… me tomé las medicinas y le comenté a Súper Laura… ahora a esperar a ver quien gana, si el dolor o la unión de mi espíritu y las pastillas.

Respiro profundamente… lo vuelvo a hacer con la esperanza de que el aire entrando en mis pulmones reemplace al dolor… parece ser que no funciona… el dolor sigue aumentando… voy a seguir escribiendo intentando ignorar la presencia del maldito dolor.  Regreso a mis escritos.

Para terminar el tema de salud, les cuento que la patota de Súper Laura sigue mejorando y esperamos que en la cita que tiene este miércoles, la den de alta y le quiten la bota.  Ya casi no usa las muletas, lo cual es buen síntoma.

En cuanto a mi espíritu, aunque sigo disfrutando la vida, estas últimas han sido semanas difíciles, especialmente por el hecho de que sentí un retroceso en la parte física, el cual, no esperaba y por lo tanto tiene un efecto mayor.  Esperamos que este “retroceso” que estoy viviendo sea causado a que debido al problema que hubo con el seguro, tuvimos que posponer varias partes de los tratamientos.

El proyecto de “El Comedero” sigue avanzando positivamente y cada día tenemos más pedidos.  Estamos trabajando con un par de empresas para ofrecer menús fijos a los empleados, lo cual sería un éxito.  La foto que puse en este blog es de los contenedores y la imagen que estamos manejando para la entrega de los productos.  A nosotros nos parece bastante profesional.  ¿Qué opinas tú?

Hemos consolidado con Súper Laura un buen equipo de trabajo y cada día hacemos mejor mancuerna.  Yo he estado haciendo ajustes en mi forma de hablar – que me parece es el mayor inconveniente que encuentra mi “socia” en mi operatividad – y eso ha ayudado a esa mejoría en la relación de trabajo.

Súper Laura, que como tal vez te acuerdes, no era una fanática de la cocinada, ha ido agarrando cada día mayor placer por esta divertida actividad y su sazón ha ido mejorando muy rápidamente.  Estoy seguro que en el corto plazo empezará a experimentar con sus propias combinaciones de sabores, que como sabemos es una de las partes más entretenidas de la cocinada.

Cambiando de tema…

Estuve avanzando rápidamente en la nueva novela, pero el tema de los dolores de las últimas semanas alentó el buen ritmo que traía. Espero darle un buen salto esta semana.

Extraño terriblemente la visita de mis familiares y amigos.  Estoy esperando buenas noticias de mis tíos del lado Flores, así como de unos primos y de unos compañer@s del colegio y la universidad que ha prometido venir a verme pronto.  De verdad, cada uno de los que han venido, me han llenado el corazón de felicidad y son una razón muy importante por la cual, a pesar de todos los pronósticos de los doctores, sigo vivo.

Soñar no cuesta nada

Voy a partir de la base que todas nuestras necesidades básicas económicas estén cubiertas, las cuales van desde la renta, los servicios, la alimentación, los seguros y uno que otro pequeño lujo, como ir al cine o salir a comer a un restaurante un par de veces a la semana.

Hasta hace unas semanas yo quería tener un excedente de dinero para viajar a ver a mi familia en Colombia, a mis amigos en Costa Rica y a uno que otro que andan desparramados por el mundo.

La semana pasada que me dijeron que no “debería” (podía) viajar en avión – por el momento – debido a que cualquier salto en el vuelo o el despegue/aterrizaje podría dañar las muy traqueteadas vértebras y por lo tanto quedar permanentemente inválido, mi prioridad cambió.

“Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña”.

“No puedo viajar, pero tengo el dinero y no quiero esperar para ver a mi familia y amigos a que me digan que estoy curado – no sea que eso no pase.”, pensé para mis adentros.  Además, a mí nunca me ha gustado dejar nada para el mañana.

Pues muy sencillo, si yo no puedo viajar, los voy a traer para poder verlos… para que acá los pueda abrazar y consentir… atenderlos con todo el cariño que les tengo… cocinarles rico… pasar horas platicando… recordando a los que se nos adelantaron… llevarlos a conocer los alrededores de esta tierra Texana que tanto tiene que dar… ir con algunos a viajes largos, tal vez otra vez al cañón del Colorado, a uno que otro parque nacional… ir a ver a mis primos que viven en la zona de Boston / Washington… o a sencillamente estar juntos.

Decisión tomada firmemente… así le voy a hacer… voy a hacer una lista empezando por los que viven en Colombia, después los de Costa Rica y los de otros países.  Cuadraré las fechas en que mejor les quede, les compraré los pasajes de avión, les enviaré el dinero para los gastos del viaje y acá los atenderé como lo quiero hacer.

Así de sencillo… y con eso me evito el riesgo del daño de las vértebras en el avión… que fácil es…  Hoy mismo empiezo a hacer la lista.

De plano, soñar no cuesta nada.

Escríbeme…

PD El dolor sigue aumentando y si no lo controlo en 10 minutos, me tomaré otra dosis de morfina… no quiero seguir sufriendo estos terribles dolores.

Actualización: no pude controlar el dolor, pasé una noche de la fregada y ni siquiera pude publicar este blog.  Son las 7:30 AM del lunes y ya llevo dos dosis de morfina.  Espero publicar este blog e irme de regreso a mi sillón de la tortura.

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