¿Puede uno pedir más?

 

54 años y un día… eso cumplo hoy y no voy a empezar diciendo que después de hacer mi análisis de vida, cosa que si hice, me di cuenta que lo tengo todo, porque no es cierto.  Tengo grandes, grandes carencias, especialmente aquellas relacionadas a mi salud y al aspecto económico.

Mi cuerpo está débil, con metástasis en varios lugares, con los músculos de una persona de 120 años y que en varias ocasiones cada día me fallan para ponerme de pie y/o avanzar unos cuantos pasos.

Desde hace meses no he vuelto a subir las escaleras de la casa, en donde de repente me ponía a jugar con el Xbox de Esteban, un juego muy entretenido de guerra.  Esas escaleras, normales en cualquier casa, son una especie de medida a mi “curación”.  El día que te diga que las volví a subir con mi propio esfuerzo y piernas, querrá decir que hay una mejoría importante.

¿Qué decirte del dinero?  Cualquier pequeño gasto representa un esfuerzo enorme para nosotros.  Este mes fue especialmente difícil, debido a que por un error administrativo, el seguro no cubrió gastos este mes.  Tenemos la promesa de que en Julio regresará todo a la normalidad, pero en el inter, tuvimos que pagar de nuestra bolsa los medicamentos de Darío, los míos y la broma pesada del destino de la patota de Súper Laura (doctor, rayos X, medicinas, controles, bota, etc).  Además, debido a ese error administrativo, no me han podido hacer la quimioterapia ni iniciar las radiaciones para bajar los dolores.

Estoy trabajando en la segunda novela, la cual espero les guste y ayude a levantar los gastos, ya que además de los normales, necesitamos cubrir los del viaje al tratamiento alternativo que espero poder tomar en Utah en las próximas semanas.

Para el que no sepa, unos amigos me hicieron el favor de ponerme de candidato en unos procedimientos (no medicamentos) alternativos que parecen estar dando muy buenos resultados en pacientes de cáncer avanzado como el mío.  El “tratamiento”, que cuesta un montón de dinero, ha sido donado por la clínica (de Salt Lake City), pero los gastos los tenemos que cubrir de este lado.

Por lo tanto, como ya lo he expresado múltiples veces y a pesar de los apoyos que me das, tengo grandes carencias económicas.

Además, los que me conocen de años, saben que soy muy cariñoso y que el contacto físico es muy importante para mí, así que también me faltan abrazos y besos.

Me falta paciencia.  En algún sueño guajiro llegué a dilucidar que me convertiría en una especie de monje tibetano que podría vencer mentalmente – a través de meditación mantras, chacras y demás acras – cualquier problema “espiritual” que se presentara con algún semejante.

Ni madres… no es cierto, no tengo la paciencia, ni siquiera con mi adorado Darío, que por su condición especial es capaz de sacar de casillas a cualquiera (bueno, al menos a mi si), de no desesperarme.  La situación con Darío se ha vuelto un círculo vicioso, que por más que busco en mi interior, no logro romper.  Me despierto (los días que como hoy amanezco antes que él) y lo extraño.  Lo veo venir y me dan unas ganas enormes de abrazarlo, de darle un beso y de decirle cuanto lo quiero.

Conforme va pasando el día y empieza él a demandar comida, atención, a repetir una y mil veces los mismo, a exigir música (su pasión y en lo cual invierte la mayor parte del día), a querer salir, a servirse cantidades impresionantes de comida (1/4 de caja de cereal o media botella de leche), a cambiarse 6, 7 u 8 veces de ropa, a molestar al perro o la gata, sencillamente mi paciencia se desgasta en cuestión de minutos y, como si fuera un adulto que entiende mis agresiones verbales, le digo de todo, lo cual, para él, es como que le hable de energía nuclear.

Me le quedo viendo… me entra un sentimiento de culpa… me arrepiento y me comprometo a tratarlo mejor.  Algunas veces reacciona bien, pero no la mayoría, así que empieza otra vez el círculo vicioso de amor extremo, pelea, gritos, arrepentimiento, amor.  Vieran que difícil.

Me hace falta de fuerza de voluntad.  Sé que necesito caminar más, moverme más, hacer ejercicio, ya que la quietud es uno de los factores de riesgo para los coágulos, que me traen verdaderamente jodido.

Empiezo a intentar caminar y a hacer ejercicio (mover los brazos y piernas), pero el dolor no me deja.  Tengo que aguantar más… tener más fuerza de voluntad en contra del dolor.

Si no fuera por esas pequeñas carencias de salud, dinero, paciencia, fuerza de voluntad, y otras 10,000 carencias adicionales, lo tengo todo, absolutamente todo, así que me pregunto:

¿puede uno pedir más?

Me pongo a meditar, a analizar, a comparar, a hacer una retrospección de lo que he hecho y ha pasado y llego a una conclusión:

Si, uno puede y tiene el derecho de pedir más.

Lo que uno no tiene es el derecho de que se te den las cosas y las desaproveches, pero definitivamente, uno puede pedir más, así que ahí les va mi lista de cosas que le pido a la vida, al universo…

  • Salud… que mi salud mejore substancialmente y que lo que me quede de vida, sea mucho o poco (ojalá mucho), pueda caminar, hacer ejercicio y estar alejado lo más que se pueda, de los dolores;
  • Dinero, generado a través de hacer/generar cosas – ojalá escribir – que le guste a la gente, que los haga felices y que les sea útil. También me gustaría participar en proyectos en los cuales se aproveche mis treinta y tantos de experiencia como empresario.

A diferencia de años atrás, no pido un Bentley ni un Ferrari, con un Mercedes de buen nivel sería feliz.  Mientras llega esa gran cantidad de dinero, le pido al universo me ayude a cubrir los gastos básicos de mi casa y los relacionados a los tratamientos y que tenga un medio de transporte con aire acondicionado.  Pero ojo, que llegue el éxito pronto para poder comprar el Mercedes (jajajaja).

  • Paciencia para aguantar los envistes de Darío y que desafortunadamente no he podido generar.
  • Fuerza de voluntad para meterme en rutinas más intensas de ejercicio.
  • Tiempo para regresarle a cada uno de ustedes todo el cariño y generosidad que me han dado. Tiempo para abrazarlos y para tomarme unos buenos tragos cantando con un mariachi.
  • Que lo que me otorgue de buena salud, te lo de a ti para poder disfrutar juntos.

Ahora, como dije hace unas líneas, sino fuera por esas pequeñas carencias y las otras 10,000 que tengo… lo tengo todo, soy enormemente feliz y disfruto cosas tan sencillas, como por ejemplo ir al baño, que me tenía en medio del pánico debido a que he tenido que aumentar la cantidad de morfina, que como sabes, causa la terrible constipación.  Supondrás, por lo tanto, que acabo de ir al baño…. Yes!!!!!

Me despido y te pregunto, ¿es mucho pedir?

Gracias por leerme.

 

ENTRADAS AL BLOG, A LA NOVELA Y DONACIONES

Para entrar al blog https://hernanfloresbuitrago.wordpress.com/, está ordenado como un blog, del más actual al más viejo.

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2 comentarios en “¿Puede uno pedir más?

  1. Hola Hernán, buenos días:

    Mi nombre es Juan, te escribo en nombre de la Asociación Kurere, palabras que curan, dedicada a gestionar la plataforma http://www.kurere.org. Nos encanta tu proyecto y nos gustaría mucho poder tener un correo electrónico tuyo para poder enviarte información sobre nuestra plataforma y si lo estimas oportuno poder iniciar algún tipo de colaboración.

    Mis datos de contacto:
    juan@.kurere.org
    Telf.: 663913064

    Muchas gracias por tu atención.

    Muy atentamente,

    Juan Osoro

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  2. Respetado Juan,

    Recibí un amable comentario tuyo a través de mi blog en https://hernanfloresbuitrago.wordpress.com/2017/06/21/puede-uno-pedir-mas/comment-page-1/#comment-341.

    Voy a revisar tu página para estar informado de que se trata el proyecto, pero por ahora te envío mi correo electrónico personal: hernan.floresb@gmail.com, para que como mencionaste, me hagas el favor de enviar información.

    También tengo una pequeña novela en línea, la cual estoy reviviendo en los próximos días. La puedes leer en http://www.minov-ela.com.

    Quedo a la espera de tus comentarios.

    Hernán Flores
    (210)-788-8095

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