Y si sobrevivo, ¿qué?

 

Aunque parezca imposible, ayer estuvimos a punto de poner definitivamente un hospital ortopédico.  Como saben, Súper Laura sigue, por su fisura del tobillo, usando la bota y muletas.  Yo, sin poder moverme mucho por los coágulos en la pierna izquierda y los dolores de los huesos causados por el cáncer.

Esteban, el del medio (21) es un gran aficionado al deporte y acude diario al gimnasio.  Ayer le dio por participar en una liga de futbol con los amigos del trabajo.  Si, lo que te estás imaginando es correcto, se lastimó la rodilla durante el partido y como él dice, sufrió mucho manejando de regreso a casa.  Parece ser nada más un golpe superficial.

Se pasó toda la tarde casi inmovilizado y usando otro set de muletas que teníamos por ahí guardado.  La cosa estaba de película de humor negro.  Estoy esperando que se levante para ver cómo pasó la noche y como va su lastimada.  Parece, como ya dije, una broma pesada, tres de cinco integrantes de la familia con problemas en las piernas.

Yo por mi lado, con lo de la alimentación sigo sin lograr regularizarla.  De repente se me antoja mucho algo y casi en el 100% de las veces Súper Laura me da gusto en mi antojo y logro comer relativamente bien, pero en la mayoría de las veces, en cuanto me siento frente al plato, mi mente o mi cuerpo (no se cual) se cierran y rechazan la comida.  Se la importancia – vital – que tiene la comida, pero no logro, todavía comer bien, así que la estoy complementando con las malteadas como Boost o Ensure.  Extraño horrores mis comilonas acompañadas con sus buenas cervezas frías.

Creo que estoy listo para la inyección esa “nuclear” de largo efecto que me han puesto en otras ocasiones, para bajar los dolores y la cual no me ponen hace cuatro meses.  Ayer, desafortunadamente, por primera vez en semanas me empezaron a atacar otra vez los dolores en los huesos, causados, según mi diagnóstico, por el cáncer.

Definitivamente los dolores son terribles y ayer me tocó, para evitar que aumentaran mucho más, tomar tres dosis de morfina y dos de Aleve en un periodo de una hora.  No quiero aumentar la dosis de morfina oral (uso permanentemente los parches de 175 mg/hora), ya que causan la incómoda constipación y el producto que tomo para evitarlo ha empezado a no hacer efecto tan eficientemente como lo hacía antes.

Hoy, apenas son pasadas las ocho de la mañana y ya llevo dos dosis de morfina.  Mándame energía para poder resistir la envestida que parece estar planeando su ataque a este debilitado cuerpo en las próximas horas/días.

En junio nacieron todos los flores…  así dice la canción, o no?  bueno, realmente no todos los flores, pero al menos si uno… yo!!!  El 20 de este mes cumplo 54 añotes, los cuales, según los pronósticos médicos, difícilmente iba a cumplir.  Pero, como lo he dicho muchas veces, por ti, sigo usando mis pulmones y con la capacidad de soñar con actividades, que antes eran triviales, como caminar, que se han vuelto un verdadero logro.

• Puchale, que triste, a pesar de las dos dosis de morfina, el dolor sigue aumentando y todavía ni siquiera son las 9 de la mañana.

Tengo la remota esperanza de que este achaque de dolores no sea porque el cáncer se aumentó, sino porque ayer abusé un poco de ser domingo.

Aunque para Súper Laura y para mi todos los días podrían ser domingo, ayer sentí que era un día especial e hice cosas “de domingo”, como salirme a asolear, que siento que es una de las claves para no verme tan enfermo y algunas personas me felicitan por el color de piel que traigo.  He guguleado mucho acerca de contraindicaciones de asolearse y los tratamientos que estoy tomando y parecería que no hay efectos secundarios.  Si alguien sabe algo a favor o en contra de asolearse bajo mi condición física, por favor avísame.  Obviamente me asoleo con protector solar.

Aprovechando el sentimiento de ser domingo, me puse a asear el asador, que estaba hecho un verdadero asco, ya que desde que se compró no se le había dado una manito de gato.  Eso implicó estar un buen rato de pie e ir y venir varias veces entre el asador y la cocina, que aunque para “los normales” son unos cuantos pasos, para mi es todo un paseo.

Ojalá este ataque de dolor que estoy teniendo sea por haber abusado del sol o de estar de pie y caminar.

Ayer, bajo ese sentimiento de domingo y mientras me asoleaba, me puse a viajar a través de la música, que aunque muy seguido estoy oyendo, ayer se sintió especialmente intensa, tal vez por la cercanía a mi cumpleaños.

• Carambas, me he tenido que tomar otra dosis de morfina, ya que el dolor sigue aumentando. Apenas son las 9:20 de la mañana.  Ya llevo tres en lo que parece será un día complicado.

Mi hermano “El Goldo” abrió una puerta nueva, una posibilidad de tratamiento, que me ha hecho soñar en un mañana sano.  En caso de que este “proyecto” se dé, les contaré de que se trata.  Sino, ¿para qué?

Bueno, pues ayer, por primera vez en muchos meses y como dije, por esa nueva puerta que se ha abierto, soñé, con los ojos abiertos en que los doctores me decían que estaba curado, que el cáncer se había desaparecido y que mi salud era la de una persona normal.

Realmente el hecho de que me dijeran que estaría curado del cáncer no garantiza vivir más tiempo, solo que me pondría al parejo con el resto de la gente en que me podría morir de cualquier otra cosa, desde otra enfermedad, hasta como pasa, en el accidente más tonto e inesperado.

En ese soñar con una salud normal, me puse a hacer una lista mental de las cosas que haría con ese tiempo que ganaría, mi “bucket list”.

Muchas actividades vinieron a mi mente y me quedó claro que una parte importante de mi tiempo, lo dedicaría a ayudar a otros, tanto desde el punto de vista emocional, hasta el profesional y económico.

La primera actividad mundana que puse en esa lista, fue aprender a bailar.  Si, los colombianos somos famosos por la agilidad y alegría con que movemos el bote.  Yo tengo la agilidad y facilidad de bailar de una estatua de cobre… oxidada.

A pesar de los grandes bailarines que hay en mi familia, empezando por mis padres e incluyendo a casi todos mis primos, especialmente a las primas, mis dos piernas izquierdas nunca han podido aprender a moverse a ningún ritmo, a pesar de que mentalmente me encanta bailar.

Así pues, me metería a un curso intensivo de baile y aprendería los ritmos, tanto viejitos, como la cumbia, vallenato, como la bachata y hasta el regetón.

Una vez me haya “graduado”, me iría primero a Colombia y en medio de una gran fiesta sacaría a bailar a Súper Laura y posteriormente a cada una y todas mis primas, que durante años me invitaron a bailar y que la respuesta, a menos de que ya me hubiera tomado varios aguardientes, era la misma: “no sé bailar”.

De ahí, me iría a Costa Rica y en medio de otra gran fiesta bailaría con mis hermosas compañeras del colegio, quienes se han vuelto uno de los grandes tesoros que me ha regalado la vida.

Entre baile y baile, me estaría tomando con mis compañeros unos buenos guaros (apodo a los tragos en Costa Rica), cosa que también extraño mucho.  Ahhhh como me hace falta un buen tequilita.

La siguiente actividad sería, con el mismo grupo con que acampábamos de jóvenes, irme a caminar por los bosques de Colorado, llevando el mínimo de comodidades, para poder, al máximo gozar la naturaleza.

La siguiente actividad sería hacer mucho, mucho ejercicio, que de plano es uno de los grandes placeres, que desafortunadamente, en muchos de nuestros casos, dejamos para un segundo o tercer plano y es uno de los errores más graves que puede uno cometer.

Es curioso como cambian las prioridades del “bucket list” conforme va uno viviendo las experiencias que te presenta la mortalidad.  En esa lista desaparecieron o se fueron muy para abajo, actividades como comprar o consumir artículos de lujo, lo cual no quiere decir que no me gusten o que no añore, solo que ahora ocupan un lugar que debieron haber ocupado años atrás.

Me duele no haber entendido y vivido intensamente con anterioridad esas actividades sencillas como caminar, hacer ejercicio o alimentarme correctamente, las cuales, con la excusa de estar ocupado, mandé siempre a segundo término.

Tú, mi querido amig@, que lo puedes hacer, ábrete el espacio para esas cosas que parecen tan triviales, como caminar, hacer ejercicio y alimentarte correctamente.

Ahhh, además, no esperes nada, levántate ahorita mismo y estira tu cuerpo, ponte a hacer ejercicio.

¡¡¡No se te olvide, el 20 de junio es mi cumpleaños!!!

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