¿Cuánto más puede aguantar una familia?

Aunque no queremos averiguar a detalle, parece que la nuestra todavía tiene capacidad de aguante y mientras estemos unidos, con una buena filosofía, tenemos la seguridad de vencer los muy difíciles momentos y circunstancias que nos está presentando el universo.

Ayer Súper Laura se cayó y tiene una fisura/fractura en el tobillo.  Terminamos en urgencias del Baptist, en donde la enyesaron en espera de la cita con el ortopedista, la cual tendrá que ser hasta, por pronto, el martes, ya que estamos en fin de semana largo (Memorial Day).  Parece ser que es un proceso de 6 semanas, pero que tal vez no necesita operación.

¿Y cómo pasó?  En lugar de quedarnos encerrados en la casa (en mi caso da lo mismo en donde esté sentado), decidimos ir a un parque con un grupo de amigos a hacer un “picnic”.  Obviamente nos acompañó el Chuy y el perro de otra amiga.  En medio de una convivencia muy a gusto y de estar jugando con los perros, Laura se enredó con la cuerda de uno de ellos, se cayó con toda su humanidad y por el ruido que causó el hueso, asumimos que era algo serio.

De entrada, no tenía dolor excesivo, lo cual, de cierta forma, nos daba la tranquilidad relativa de que no sería fractura.  Empacamos y con un gran esfuerzo, manejé yo hasta la clínica de urgencias que está cerca de la casa y a la cual ya he visitado en dos ocasiones.  Hace muchas semanas no manejaba y me di cuenta de lo peligroso que puede ser estando en mi estado de salud, ya que por un lado la pierna izquierda no tiene fuerzas suficientes para casi nada y la derecha, cada vez más débil, me tocaba darle una ayudadita con el brazo para poder accionar con suficiente fuerza el freno.

La pierna enyesada de Súper Laura es la derecha, con lo cual es imposible que pueda manejar, así que estaremos dependiendo de nuestros hijos y amigos para cualquier cuestión de traslados, que van desde las idas al hospital (tengo tratamiento el miércoles) hasta ir al supermercado.

La fuerza y entereza que transmite Súper Laura es increíble y no he oído ni una sola queja de su parte ni alguna maldición quejándose de nuestra precaria y complicada situación, siendo que tiene todo el derecho y motivos para hacerlo.

¿Qué vamos a hacer?  Pues muy sencillo, salir adelante bien y fortificados como familia, felices de estar vivos y disfrutando cada minuto de las complicadas experiencias que nos está presentando el destino.

Esta nueva experiencia ha vuelto a demostrar el impresionante tesoro que son la familia y amigos, los cuales, de inmediato, ya empezaron a organizarse para apoyarnos, ya que en la condición actual es casi imposible tener una casa funcional, que como todos sabemos, implica desde barrerla hasta lavar la ropa, pasando por tener comida y entretener al bebesote de Darío.

Tendremos, además, que organizar el tema de El Comedero, el cual con gran esfuerzo ha ido creciendo y cada día tenemos más pedidos.  No queremos ni debemos detenerlo, ya que la constancia es una clave de éxito para ese tipo de proyectos.  Por ahora pondremos un par de días de pausa mientras logramos ver al ortopedista y vemos el pronóstico de la fractura.

Si todo sale bien, regresaremos a cocinar pronto, pero nos obliga a cambiar el tema de las entregas, ya que, como dijimos, ni Súper Laura ni yo podemos manejar.  El detener El Comedero, aunque sea por un par de días nada más, no abre un hueco en nuestras limitadas finanzas, así que seguramente sacaremos algún tipo de promoción que minimice el daño al flujo.

Bueno queridos lectores, les quería escribir este breve blog para dejarles saber de las circunstancias familiares.

Les mandamos todo nuestro cariño desde el improvisado hospital.

Gracias por leerme.

 

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