¿Me acompañas?

¿Me harías el favor de acompañarme un momento?  Sígueme… déjate llevar…

Estás sentado en el medio del desierto del Sahara, a eso de las 12 del día, a 48 grados centígrados y como siempre sin la más mínima posibilidad de lluvia.  Anoche, como es costumbre en esta parte del desierto, la temperatura bajó a 4 grados, variando, por lo tanto, entre el día y la noche más de 50 grados.

Llevas en ese mismo lugar y bajo las mismas circunstancias varios meses… muchos meses.

Durante el día y frecuentemente te visitan volando unos animales parecidos a los zopilotes (buitres), los cuales te quieren comer, pero antes te tienen que matar.  Para lograr su objetivo han conseguido unas piedras las cuales te tiran varias veces al día.

Esas piedras, al golpear contra tu cuerpo, se abren, penetran en tu cuerpo, te depositan cáncer en la próstata, en los huesos, en los pulmones, en el hígado, coágulos en las arterias, depresión, tristeza, miedo, falta de dinero, días y noches eternas llenas de dolor, perdida de músculos, pérdida de huesos, daño a las vértebras y por lo tanto a los nervios de la columna, incapacidad para caminar y desánimo.

Tiempo atrás, cada una de esos daños se podían contrarrestar con algún tipo de medicamento o terapia, pero desafortunadamente, han dejado de hacer efecto.

El dolor físico que causan la unión de tantas “enfermedades” se vuelve inaguantable… insoportable… inimaginable.  Los dolores vienen como en ciclos, donde empiezan a subir, se estabilizan un rato en un punto intermedio, toman fuerzas y se van hasta el máximo y ahí, en su punto máximo, te hacen gritar, llorar, implorar la muerte, te hacen quererte arrancar los pelos (los cuales busco para jalarlos, pero me doy cuenta que no tengo ninguno).

Los dolores físicos son terribles, pero el dolor de tu espíritu de saber que lo único que estás dando a los que te rodean es tristeza, pena y dolor es tan o más difícil de sobrellevar.  El saber que los que te rodean, lo único que ven en ti, es un ente acostado, pegando de gritos por el dolor y en algunos momentos implorando la muerte, es algo desgarrador.  Muy triste.

Uno no quiere vivir así y tampoco morir dejando como última imagen de tu ser a un ente chico, derrotado, hecho pedazos, lleno de tristeza y remordimientos.

Para evitar hacer sufrir a tus seres queridos, viendo cómo te haces una “nada” y para no dejar esa triste imagen en tus seres queridos, existe una salida y se llama eutanasia, o en plano y sencillo español, suicidio.

Así es, si lo único que estás viviendo y dando a los que te rodean es un dolor, del cual las posibilidades de salir son casi inexistentes, ¿qué sentido tiene alargar el sufrimiento de todos?

Piensa en ese escenario que ya te describí: meses de dolor, cada día en aumento, desconocimiento de parte de los doctores de tus posibilidades de vivir, medicamentos y tratamientos cuyos efectos secundarios son tan o más graves que la enfermedad en sí.

Al saber claramente que no hay salida, que no hay un punto de retorno, de recuperación, tomas una clara decisión: “eutanasia”.

Ya que estás totalmente convencido de tu decisión y en medio de la lucha contra los zopilotes, los cuales intentas mantener alejados con las pocas fuerzas que te quedan, se empieza todo a llenar de una luz blanca, de energía positiva, la cual te dice: lucha… no te dejes… todavía puedes más… es nada más dolor físico… si vas a poder… aguanta… el dolor es insignificante en relación a lo que es tu espíritu… piensa en todo lo que tienes por delante… piensa en la gente que te necesita… en tu hermosa y amada Súper Laura… en tus héroes silenciosos, que todavía necesitan un padre que los ayude… en tus familiares y amigos que tanto quieres y disfrutas… en lo que puedes dar a los demás… en ver los amaneceres… en sentir y dar amor… es solo dolor físico… es solo dolor físico…. es solo dolor físico… y por más desgarrador que sea, es solo eso “dolor físico”.

Ya me di cuenta que mi espíritu no puede solo, que se puede vencer, como ya pasó ayer y hoy.  Son demasiadas cosas al mismo tiempo: cáncer en la próstata, metástasis en los huesos, pulmones e hígado, generación de coágulos, daños serios a los músculos, con posibilidades de quedarte inválido, desaparición de los huesos de la quijada por efectos de la quimio, por mencionar los más importantes.

He reformado mi estrategia para defenderme y atacar todo este grupo de enfermedades.

He conformado mi nuevo equipo de la siguiente forma:

• Con el ejército más poderoso que jamás ha existido. Un ejército que acaba, otra vez, de llenar con esa luz blanca y de energía positiva toda mi vida.  Me levantaron de una decisión ya tomada, me han dado el ánimo para seguir adelante, me han recordado que es solo dolor físico… son ustedes, mis seres queridos, que con sus oraciones, pensamientos y envío de buenas vibras me han sacado nuevamente adelante.  Gracias Súper Laura por haber dicho las palabras correctas en el momento indicado.  Gracias hijos por estar ahí, por preguntar lo que siento.  Gracias a mis amigos de Costa Rica que con su soporte y frases me han hecho reaccionar.  Gracias a mis adorados primos y Tías que con sus motivadores comentarios me levantan el orgullo, me recuerdan la fuerza impresionante que tiene la familia y lo que puede la energía bien orientada, a través de la oración, lograr.  Gracias a todos mis amigos.  Gracias a mis nuevos hermanos de ACTS por sus amables comentarios e importante apoyo.  Gracias a ustedes que sin haberlos nunca conocido me han leído y escrito y han sido un gran motivador para intentar ayudar.  Gracias a todos por sus donativos.
• Con una nueva forma de atacar el dolor. Ahora, desde que se llenó todo de luz blanca, he decidido formalizar la toma de morfina, haciéndola periódicamente cada 2 horas, haya o no dolor.  Antes estaba esperando a que el dolor empezara a aparecer y en ese momento me tomaba la morfina.  Por ahora ha funcionado y la iré modificando conforme vayamos avanzando.
• Demostrando y dando más amor. Empezaré a llamar a mis familiares y amigos en una forma más seguida, con el único objetivo de decirles “hola, te quiero mucho”, así que si hace años no te hablo y me oyes, no me vayas a colgar la llamada.
• Pidiendo más oraciones tanto por mi salud, como por mi espíritu. Como muchos de ustedes ya sabían y los demás se enterarán ahorita, no creo en Dios ni en ninguna religión.  No pienso cambiar y te agradezco que me hayas respetado y lo sigas haciendo.  Aunque parezca una incongruencia, creo profundamente en la oración, de cualquier religión y a cualquier Dios y estoy totalmente convencido que la oración con fe, genera una energía positiva como pocas cosas en el universo.  Por favor sigue rezando y pidiendo por mí.
• Más oraciones para que aguante el dolor. Una cosa son las oraciones orientadas a que mejore mi salud y a disminuir los diferentes cánceres, otras son las oraciones para que mi espíritu en forma general siga adelante y otras son las oraciones para que mi mente aguante los dolores, que de plano quieren volverme loco y me llevan a tomar decisiones dramáticas.
• Con mayor frecuencia en mis escritos. Me ayuda enormemente escribir, así que no dejaré pasar tanto tiempo entre uno y otro, aunque haya dolor.

 

Me entró el cansancio y necesito dormir un rato.  Solo me queda por decirte, nuevamente, GRACIAS, te quiero mucho y te agradezco que estés ahí.

 

 

 

 

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